Ideal receta de tarta de queso, variante total de la clásica New York cheesecake, pero que no tiene nada que envidiarle puesto que las Oreo se encargan de ser las protagonistas del pastel. Estas galletas dan muchísimo juego en repostería, se pueden preparar rellenos, bases, coberturas, crujientes... y un sinfín de cosas con ellas.
A modo de reseña histórica te diré que las Oreo fueron creadas en New York en el año 1912 pero no fue hasta la década de los 50 que adoptaron su diseño actual, antes eran más abombadas. Y otra curiosidad es que en EEUU existen más de 40 tipos de variedades de galletas Oreo con infinidad de sabores, una pena que aquí en España sólo se comercialice la original, o al menos, yo no he visto ninguna de las otras variedades, pero vaya que mejor no verlas porque son un vicio y ¡ojos que no ven, corazón que no siente!.
A los peques de la casa les encantan las Oreo, así que seguro que os estarán muy agradecidos de que le preparéis esta tarta para un cumple o una fiesta con sus amigos. Incluso seguro que colaborarán encantados en su elaboración, ya que no presenta dificultad alguna.
Existen variantes de horno, pero yo ésta he decidido prescindir de él, por aquello de que no todo el mundo tiene horno en casa.
INGREDIENTES
300 gr. de queso crema
500 gr. yogur cremoso natural azucarado
200 gr. de leche condensada
8 hojas de gelatina
Una tacita pequeña de leche
2 tazas de café caliente con azúcar
300
gr. de bizcochos de soletilla
600 gr. de galletas Oreo
50 gr. de mantequilla fundida
200 gr. chocolate Milka con almendras
4 cucharadas de cacao en polvo o colacao
75
gr. de azúcar
250 ml. nata para montar
ELABORACIÓN
1. Hacerse
con un molde desmontable de esos redondos que venden en cualquier
sitio y cubrir la base con papel film.
2. Ir
bañando los soletillas en el café caliente y azucarado, machacarlos
bien con ayuda de una cuchara hasta formar como una pasta marrón, por otro
lado abrir 200 gr. de las oreo quitarles el relleno (reservarlo) y machacar las
tapas negras con la mantequilla fundida, mezclar esta preparación
con la de soletillas y cubrir toda la base del molde, más o menos
con un dedo de grosor. Rallar un poco de chocolate y repartir bien por encima.
Introdúcelo en el congelador que coja frío durante media hora.
3. Mientras tanto haremos el relleno. Mezcla
con ayuda de un batidor de mano, el queso, yogur y leche condensada,
hasta que quede homogéneo. (No le metas el tourmix porque lo licuarás)
4. Hidrata
la gelatina en agua fría y escúrrela bien. Caliéntala la leche y
diluye la gelatina en ella. Mezcla con la crema anterior de la
siguiente forma: primero saca un poco de la crema y viértela con
cuidado a la leche caliente, mueve hasta que se integre, después otro poco y haz lo mismo,
finalmente incorpora la mezcla de leche con toda la restante de queso, yogur, etc. y remueve con cuidado de que la gelatina no haga grumos. Incorpora 200 gr. de galletas oreo (troceadas) e incorpora también el relleno que le quitaste a las otras de la base y que tenías por ahí
reservado.
5. Saca
el molde del congelador y vierte todo el preparado dentro con
cuidado, mételo a enfriar en la nevera como mínimo unas 3 horas
para que la gelatina haga efecto, no lo muevas mientras tanto, ni le
metas el dedillo ¡que te conozco!
6. Con
ayuda de una varilla, monta la nata con el azúcar y ponla encima de
tu tarta de manera dispareja formando “olas”. Espolvorea la
tarta con cacao y chocolate rallado, por último pínchale encima
unos cachos de los 200 gr. que te quedan de galletas oreo. Vuelve a meter la tarta en la nevera unos 15 minutos.
7. Una vez solidifique, con ayuda de un cuchillo raspa todo el borde interno del aro y retíralo con cuidado de que no quede pegado nada porque puedes estropearla.
No sé si te has dado cuenta pero la crema del relleno de la tarta no lleva azúcar, más que nada porque ya lleva leche condensada, las galletas y la base que también es muy dulce y la nata montada con el cacao y chocolate por encima así que tampoco es cuestión de ponerle más azúcar para que la tarta empalague, la idea es que sepa a queso y oreo.