Llamado comúnmente boniato, batata, chaco, papa dulce o camote, también lo llaman el tubérculo maravilloso y no sólo por su dulce y suave sabor, es un alimento reconocido como eficaz en la lucha contra la desnutrición debido a sus características nutritivas, facilidad de cultivo y productividad.
La
raíz contiene grandes cantidades de almidón, vitaminas, fibras y
minerales, y destaca entre estos el contenido de potasio. En valor
energético supera a la patata y en vitaminas se destaca por la
provitamina A (betacaroteno). Cuanto más amarillenta es su raíz,
más betacaroteno posee. Su sabor dulce se lo debe a la sacarosa,
glucosa y fructosa.
Y
después de esta breve intro de culturilla nutricional tengo que
decir que ésta de hoy va en honor a mi abuela materna, Estrella.
Siempre que cocino boniatos, los compro o simplemente los veo en la
tienda me acuerdo de ella. Le encantaban, en llegando el otoño allá
que le gustaban a ella su batatitas cocidas. Así que es algo
irremediable y cada vez que los veo se me viene a la cabeza mi
abuela, que por otro lado también siempre la tengo presente. ¿A
vosotros no os pasa? ¿no tenéis algún alimento o plato asociado a
un ser querido? seguro que sí.
La
de hoy es una forma diferente de preparar los boniatos, ya que
siempre estamos acostumbrados a consumirlos asados, pero la verdad
que admiten muchas más técnicas de cocinado. Vamos a proceder como
si fuésemos a realizar las ya conocidas patatas a lo pobre pero en
lugar de hacerlo con patatas lo vamos a sustituir por boniatos.
El
nombre de la receta ya lo indica: los boniatos a lo pobre son un
plato de lo más económico porque no necesitan más que un par de
ingredientes para obtener un resultado bien sabroso. Eso sí,
ingredientes de buena calidad, porque ya que son pocos que sean
buenos. Además, tienen la gran ventaja de que son una receta muy
sana y rapidísima de hacer, lo cual demuestra que las prisas no
tienen por qué estar reñidas con el buen comer. Así que manos a la
obra.
Ingredientes
para 4 personas:
1
cebolla gorda
4
boniatosaceite
de oliva
2
dientes de ajosal
ELABORACIÓN
Empieza
pelando y cortando la cebolla en juliana, y laminando los
dientes de
ajo. Luego pela los boniatos y córtalos en rodajas planas y de un
grosor de unos 3 mm aproximadamente.
A
continuación pon en un perol ancho y grande el aceite de oliva
(bastante), coloca encima la cebolla, los boniatos y el ajo en capas
superpuestas y sala a gusto.
Ponlo
todo a fuego suave, y en unos 15-20 minutos tendrás los boniatos
listos, ten en cuenta que se cocinan mucho más rápido que las
patatas y se deshacen fácilmente cuando están cocinados así que
intenta no removerlos mucho y hacerlo con una espumadera y con mimo.
Después
sácalos del perol con cuidado y déjalos escurrir el aceite. Y ya
están listos, los puedes consumir de seguido o guardarlos como
guarnición para acompañar carnes o pescados, pero sobre todo con
carnes a la plancha o brasa están deliciosos. Ten en cuenta que los
boniatos son algo dulces, así que no esperes que queden igual que
una patatas a lo pobre.
José
López