Hot
dog, el perro caliente... que nombre más feo ¿verdad?
Se
asocia a comida de calle, a comida rápida, a comida que se le suele
denominar “basura”. Pero no por ello deja de ser comida, todo en
cierta medida puede ser basura, o a caso piensas que por comprar y
comerte una pechuga de pollo a la plancha estás comiendo sano ¿te
paraste a pensar qué comió el pollo ese para engordar en 2 meses lo
que un pollo de corral tarda en engordar 6 meses?. O una dorada, esa
dorada bonita rica en omega-6 que compraste en el supermercado súper
fresca pero que vino de una piscifactoría, no vio el mar ni en
pintura, engordó en un mes y fue vacunada mínimo 2 veces. O ese
jamón, sí el jamón que a veces a los paladares más sensibles les
sabe un poco a penicilina porque los cerdos, nos guste o no, también
se vacunan.
Por
eso digo que hay que comer y probar de todo, en su justa medida claro
está. Yo desde luego no me pienso morir sin haberme dado el placer
de aquello que me diga cómeme, sin olvidar que no hay que abusar de
determinados tipos de alimentos porque más pronto que tarde te
convertirás en aquello que comes. Lo mejor sin duda es hacer las
cosas en casa, la comida casera es puro beneficio, beneficia la
dieta, beneficia el bolsillo, beneficia hasta la creatividad si le
das rienda suelta a tus conocimientos culinarios.
Así
que ya sabes si quieres darte un caprichito de vez en cuando. Que no
sea en la calle y a lo loco, mejor en casa y elaborado con tus
propias manos. Ahí va la receta de los perros cachondos...
HOT DOG o
PERRITOS CALIENTES
RACIONES:
para 6 personas
TIEMPO:
2 horas (con tiempos de levado)
DIFICULTAD:
media
COSTE:
bajo
CONSERVACIÓN:
para consumir en el día
INGREDIENTES
250
gr de harina fuerte
250
gr de harina floja
10
gr de sal
25
gr de azúcar
15
gr de levadura fresca
50
ml de leche tibia
1
huevo
120
ml de agua tibia
25
ml de aceite de oliva (uno suave)
100
ml de leche tibia
Para
el Hot Dog ya sabéis.... salchichas, ketchup, mostaza, pepinillo,
cebolla frita....
ELABORACIÓN
1. En
un cuenco o en la amasadora hacer un volcán con “los secos”, es
decir, las dos harinas, la sal y el azúcar.
2. Incorporar
en el centro del volcán la levadura desleída en los 50 ml iniciales
de leche tibia y comenzar el amasado. Acto seguido añadir en este
orden: el huevo, el aceite, la leche y el agua. Proceder a su mezcla
hasta que quede una masa lo más homogénea posible.
3. Amasar
por espacio de 15 minutos a mano o 10 minutos en amasadora a
velocidad media (lo suficiente para que la masa coja aire, quede lisa
y ligeramente pegajosa). Formar una bola con ella y reposarla en un
cuenco tapada con un paño húmedo junto a un lugar cálido (que no
caliente). Dejarla que fermente 1 hora y media aproximadamente.
4. Pasado
ese tiempo y cuando se supone que la masa habrá duplicado su
volumen, sacarla del bol, y desgasificarla hincándole los dedos con
un ligero amasado. Dividirla en piezas de 100 gr.
5. Bolear
cada pieza espolvoreada de harina individualmente y darle forma al
panecillo. Bien le puedes dar la típica forma de bollo alargado
típica del Hot Dog o bien la forma de perrito como ves en la
fotografía (para más detalles pregúntame).
6. Colocar
las piezas de masa sobre bandeja de horno forrada de papel, taparlas
con un paño y fermentarlas otra media hora. Mientras tanto
precalentar el horno a 210ºC con un baño de agua en el interior.
7. Pasada
la media hora, retirar el paño, pulverizar con agua las piezas de
masa e introducir la bandeja en el horno. Hornear por un tiempo
aproximado de 15 – 20 minutos. El suficiente para que los panes se
horneen y se doren. LISTOS PARA RELLENAR Y COMER.
SUGERENCIAS Y
CONSEJOS
La
idea de ponerle un baño con agua en el interior del horno es para
que el agua durante el horneado del pan se convierta en vapor el cual
nos proporcionará ese bonito color dorado de la corteza.
Este
pan, como cualquier otro tipo de pan se pone duro de un día para
otro, así que si haces cantidad siempre tienes la opción de
congelarlo una vez se enfríe y así dispondrás de él cuando lo
necesites.
Las
cantidades de agua y harina siempre varían en función del tipo de
harinas que uses y también el tipo de aguas, pues las hay más
duras, más blandas y las harinas las hay con más y menos gluten que
hace que retengan más o menos agua. Es por eso que el agua siempre
se le pone al final de todos los ingredientes, así puedes jugar con
ella y ver que cantidad admite tu masa para que no quede muy
pegajosa. Ten en cuenta que al principio quedará más pegajosa pero
durante el amasado la masa coge “nervio” y elasticidad lo que
hará que pierda parte de esa consistencia pegajosa primaria.
Mientras más la trabajes, mejor.