PÁGINAS (¡¡ojo!! está oculto)

PANECILLOS DE REMOLACHA Y MIEL DE CAÑA

¡Pues no! no son magdalenas, ni muffins... a pesar de parecerlo. ¡Son panes! y no unos panes cualquiera, son unos panes saludables.

La remolacha tiene un largo historial en el tratamiento del cáncer; parece que contiene sustancias anticancerígenas en su sustancia colorante, así como una sorprendente capacidad para aumentar la obsorción de oxígeno por las células. Muchas de esas características aumentan cuando se come cruda o en zumo, lo cual tonifica mejor la salud que un bote de píldoras vitamínicas. La receta de hoy no es más que otra pincelada para mantenernos sanos y dar color a nuestras vidas.

Esta receta de pan la he buscado por toda la web pero ninguna me convencía pues no veía más que masas crudas súper rojas y vistosas que una vez cocidas quedaban pardas y oscuras con lo cual para obtener un mejor resultado he adaptado varias recetas variando cantidades, cambiando, quitando y agregando algunas cosas, por ejemplo:

  • he sustituido 10 gr. de agua por 10 gr. de zumo de limón, pues el calor del horneado afecta al pH de la remolacha y cambia su color, lo cual provoca el pardeamiento de este pan pasando de rojizo a marrón, así que el zumo de limón al ser más acido provoca un cambio de pH evitando en parte el pardeamiento y ayudando a mantener el bonito color rojizo.
  • también en cuanto al agua he utilizado agua mineral natural en la cual he calentado las remolachas en lugar de agua corriente. Por lo mismo explicado anteriormente para influenciar y potenciar más el color rojizo (y el sabor) y como no, mantenimiento de nutrientes que en el agua no sólo se nos va el color sino que se nos irían minerales y demás.
  • he horneado los bollos a una temperatura más elevada de lo común y en menor tiempo, por lo mismo que he dicho anteriormente, para evitar la cocción prolongada y evitar el pardeamiento.
  • Y para terminar justo antes de hornear los bollos, es conveniente pintarlos con una mezcla de miel de caña y agua de remolacha entibiada al micro. Esto potenciara el color de la corteza durante el horneado, pues nos interesan unos panes, bien, bien, rojos y vivos.









INGREDIENTES

200 gr de remolacha cocida hecha puré
700 gr de harina de fuerza
50 gr de levadura fresca
2 cucharadas de miel de caña
200 ml de agua de cocción de la remolacha
10 gr de zumo de limón
sal


ELABORACIÓN

(Yo lo he hecho en amasadora pero lo paso a explicar a mano, el proceso es el mismo pero a “tracción animal”)

En un bol tamizar la harina, desmenuzar muy bien la levadura, agregar las 2 cucharadas de miel y la sal integrando todo bien.

Acto seguido añadir el agua (reservando una poca) y el puré de remolacha, y comenzar el amasado mezclando con la rasqueta, así mantendrás las manos limpias los primeros minutos que la masa es más pegajosa. Observa si la masa necesita más agua y si es así añade una poca sino pues olvídala ya que todas las harinas no exigen la misma cantidad de agua.

Espolvorear de harina la superficie de trabajo y empezar el amasado. Paciencia, la masa se pega pero esto no es eterno, mete las manos por debajo de la masa y elévala, hunde los pulgares en ella y repite la operación una y otra vez golpeando la masa le iremos metiendo aire el cual quedará aprisionado durante el amasado y posteriormente en la cocción separará los alveolos gaseosos de la miga.

A los 5 minutos de amasado ya irá cambiando el aspecto, proseguir con el amasado alrededor de 10 minutos dónde la masa se volverá cada vez más tersa, lisa y elástica. Forma una bola y en un bol amplio salpicado de harina y cubierta con un paño la dejaremos “dormir” unas 2 horas al abrigo de corrientes y junto a una fuente de calor, por ejemplo cerca del motor del frigo o de un radiador. La masa se hinchará, por la actividad de las levaduras triplicando su volumen.

Pasado el tiempo, sacamos la masa y desgasificamos amasando ligeramente sobre la superficie de trabajo. Porcionamos la masa según nuestras necesidades o forma que queramos darle y colocamos los panecillos sobre la bandeja de horno forrada de papel.

Se deja reposar durante otras 2 horas. Durante esta fase de “apresto” la masa debe elevarse y duplicar su volumen ¡cuidado, no hay que tocarla!. Después se le practican unas incisiones por encima, se pinta de un jarabe de miel y jugo de remolacha y se hornea a 210ºC con una fuente de humedad interna unos 15 minutos. Los panes se deben dejar enfriar sobre una rejilla. Esto es todo amigos!! Buen pan y buen día